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Mostrando entradas de abril, 2019

Sobrevolando Moscú

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     El otro día unos amigos me invitaron a comer a su casa. Sus hijos estaban jugando al Anthen en la PlayStation . Entré en el salón y me quedé como un idiota. Anonadado. Sin articular palabra. ¡Joder, vaya gráficos! Claro que el pantallón del Smart TV DE 65″ Ultra 4K influía. Aquello parecía una película de cine. Intrépidos exploradores que huyen de las insulsas comodidades de la civilización para adentrarse en universos inhóspitos. Moví la cabeza de lado a lado pensando que George Lucas también venía a cenar.      Aunque estaba a años luz de todo aquello, la mirada de los niños me resultaba familiar. Sabía lo que sentían en ese preciso instante. Yo también lo sentí.      Yo sobrevolé Moscú.      Tomé entre mis manos el estuche vacío del videojuego y saqué de su interior el libreto de instrucciones. Lo ojeé por encima. Me lo acerqué a la cara. El olor de la tinta sobre el papel es algo que permane...

El blues del fetichista

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     Convivo peligrosamente con todo lo que pretende atentar contra mi salud. Sé dónde no puedo fumar, dónde no venden alcohol, lo que lleva gluten, los conservantes y los saborizantes, los lactosa free , las dietas milagro, los «sin azúcares añadidos», el aceite de palma, los alérgenos de temporada… ¡Fuera radicales libres! ¡Arriba los veganos! Todo genial. De verdad. Nunca me quejaré por exceso de información.      Pero… ¿Quién coño controla la cantidad de lycra qué hay en un pantalón?      Te subes al metro. Tomas asiento. Es algo aleatorio. Normalmente termino charlando con alguna señora mayor acerca de cómo los cumulonimbos y los nimbostratos afectan a la estabilidad de su prótesis de cadera. Siempre se aprende algo de los mayores. El problema viene en la siguiente parada. Con todos los asientos ocupados, el pasillo se desborda. Un aroma dulzón, afrutado, como a flores, me embriaga al instante y me sumerge en un univer...

Tribulaciones de un actor porno adolescente

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     Cuando te sientes delante del ordenador para masturbarte, recuerda que detrás de esos millones de cuerpos desnudos y sudorosos, detrás de toda esa lujuria y pasión, del cuero y la silicona, de los focos y las cámaras… detrás de todas esas voluptuosas mentiras, hay historias verdaderas puestas al servicio de tu imaginación para que puedas evadirte durante unos placenteros minutos.      Yo fui actor porno.      Los recuerdos de mi pubertad me sitúan agazapado junto al resto de amigos detrás de un enorme Seat 1500 , esperando a que «el Rata» apareciera tras el portal con el último número del Lib o del Interviú , extirpados con habilidad quirúrgica del somier de la cama de su libidinoso padre. Corríamos como almas que lleva el diablo hasta la clandestinidad de la escombrera detrás del polideportivo. Formábamos un corro alrededor de la revista y allí, junto a aquel arroyo donde no hace mucho cazábamos zapateros, dejáb...